La Alameda de Hércules es una gran plaza ajardinada en el norte del casco histórico de la ciudad. Es considerada como el segundo jardín público más antiguo de España, tras el desparecido Paseo del Prado en Madrid. Fue inaugurada en 1574.
Tiene la curiosidad de encontrarse dentro de la muralla de la ciudad, a diferencia de la mayoría de proyectos posteriores en otras ciudades, algunos de los cuales tienen como inspiración esta plaza sevillana.
Orígen de la Alameda
Su origen lo encontramos en el antiguo cauce del río que atravesaba Sevilla desde el norte , llegando hasta las cercanías de la Catedral. Está en una zona baja, donde se acumulaba agua junto a la primitiva muralla romana, englobada después dentro de la ciudad, tras la ampliación Almorávide. Formaba una laguna , conocida como ¨laguna de la Feria¨ en época de la Reconquista por Fernando III.
Cuenta una leyenda que, en época visigoda, el Rey Leovigildo hizo desecar el cauce del río que pasaba por la Alameda de Hércules para provocar una sequía , y con ello, la rendición de su hijo Hermenegildo.
Fue el Conde de Barajas quien ordena drenar con acequias la zona . Se adornó con una serie de fuentes y algunas estatuas y se plantaron hileras de árboles.
Siguiendo la moda de la admiración por los restos de época romana, se colocaron dos columnas procedentes probablemente de la vecina Itálica que ya habían sido previamente reutilizadas. Sobre ella se colocaron las estatuas de Hércules y Julio Cesar.
A pesar de los trabajos de mantenimiento, sigue sufriendo inundaciones . Se dice que durante la fatídica epidemia de la Peste de 1649, la Alameda tenía que ser transitada por pequeñas barcas.
Casi dos siglos después de su inauguración , se llevan a cabo nuevas obras de mejora. Se plantan un gran número de álamos, se añaden nuevas fuentes y se colocan en el extremo opuesto a las originales dos nuevas columnas con leones portando los escudos de España y Sevilla.
Actualidad
Del Siglo XIX es la conocida Casa de Las Sirenas, palacete convertido en centro cívico y que ha sido espectador del mercadillo que, hasta la remodelación llevada acabo en 2008, se celebraba todos los domingos.
Desde esta última remodelación, con no pocos detractores, la fisonomía de la plaza sufre una transformación, quedando algo del ambiente de festivo y de paseo para la que fue concebida originalmente. Es un lugar de encuentro, con una gran oferta gastronómica y de recreo
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